Te veo

Te veo,
pero no te veo con mis ojos sino con mi alma,
te veo en grito, en dolor, máscara de carne y sangre;
y tu boca se cierra en gesto de perdón,
de callar mis errores, mis culpas,
todo lo que tú cargas, que debiera ser yo.

Te veo,
con máscara de hombre bestia,
la que llevo yo dentro y que tú sin pecado me quitas de las manos,
para atraer las burlas que debí encarar yo.

Te veo,
y ya casi sin fuerzas para seguir mirando
porque el llanto me ciega, me inunda, me ahoga las palabras,
quedo inerme a tus pies,
el corazón henchido de gratitud dormida
que sólo ahora encuentra causes y caminos
para hincarse ante Tí
y quedarse prendida del madero que pendes.

Te veo,
y ya no soy yo sola la que esta aquí mirando
porque un rayo de luz traspasa mis pupilas
y sólo entonces mi alma acierta a vislumbrar
el milagro infinito que se esconde en tu voz
cuando tranquilo dices, sin dolor, resurrecto,
-"Te veo, junto a mí, aquí, Te veo"